¡Saquen las manos del Estado de los asuntos de la Iglesia!
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Destinatario: Ana Redondo, Ministra de Igualdad.
Hace apenas unos días saltó la noticia: un sacerdote de la diócesis de Segovia le negaba la Comunión al alcalde de Torrecaballeros, abiertamente homosexual y que convivía con su pareja.
Esta acción, que se ajusta a la perfección con la doctrina de la Iglesia y no debería sorprender a nadie, ha sido utilizada por el gobierno para retomar su ofensiva contra los católicos, y en especial, contra los sacerdotes.
Y es que, el pasado viernes, la Ministra de Igualdad apareció en la televisión pública para afirmar que esta acción era inconstitucional y claramente discriminatoria.
Sí, quieren forzar a los sacerdotes a distribuir la Comunión entre aquellos que viven abiertamente en pecado mortal, amenazándolos, implícitamente, con sanciones económicas o penas de cárcel si se niegan a hacerlo.
Tolerar que el Estado intervenga así en la Iglesia, mancillando lo más Sagrado que tenemos, sería el principio del fin y no podemos permitirlo.
Por eso hemos lanzado esta campaña para exigirle al gobierno que saque las manos del Estado de los asuntos de la Iglesia.
En los próximos días está prevista una reunión entre el gobierno y la CEE para discutir sobre la última exigencia absurda de la Ministra de Igualdad: que homosexuales en pecado mortal puedan recibir la Comunión.
Esta acción, vendida como un acto discriminatorio hacia los homosexuales, está siendo utilizada para que la Iglesia renuncie a la doctrina que ha defendido siempre y forzarlos a tragar con una agenda al servicio del lobby LGTB.
No podemos permitir que quieran degradar así el valor de la Eucaristía y que ciernan una nueva amenaza sobre los sacerdotes dispuestos a permanecer fieles.
Si no actuamos ahora, convertirán a la Iglesia en España en un ente más al servicio del Estado y sus intereses
Es vergonzoso.
Por eso hemos lanzado esta campaña para exigirle al gobierno que saque las manos del Estado de los asuntos de la Iglesia.
A: Ana Redondo, Ministra de Igualdad
Estimada Sra.
Me dirijo a usted tras las desafortunadas declaraciones que realizó en la televisión pública sobre la no distribución de la Comunión a personas homosexuales que viven en estado de pecado mortal.
No sé si habla desde la ignorancia o desde la maldad, pero dar a entender que a estas personas se les niega la Comunión por su inclinación sexual es toda una falsedad, y por tanto, tachar esta acción de inconstitucional y discriminatoria, es todo un atrevimiento.
La doctrina de la Iglesia siempre ha defendido, tal y como ya se explicó en el Comunicado emitido por la Diócesis de Segovia, que para recibir la Sagrada Comunión hacen falta unas condiciones de moralidad concretas, exigibles a homosexuales y heterosexuales.
Por lo tanto, espero que de ahora en adelante y a raíz de la polémica suscitada por este alcalde homosexual que vivía con su pareja, el gobierno no pretenda inmiscuirse en los asuntos de la Iglesia, tratando de controlar uno de los pocos reductos sociales que aún escapan de su control.
¡Saquen las manos del Estado de los asuntos de la Iglesia!
Muchas gracias.
Atentamente,